Los antojitos mexicanos son una
variante de la comida mexicana reconocida a nivel internacional, pocos son los
que se pueden resistir a probar por lo menos uno de los innumerables antojitos
mexicanos, en el gusto de cualquier
persona existe por lo menos algo como el tamal, un pambazo, una gordita de
chicharrón, un tlacoyo, el mole, etc., etc.
Independientemente a su valor
nutricional, los antojitos mexicanos son ricos en historia. Es importante
reconocer que muchos de ellos tienen influencias europeas, ya que con la
llegada de los españoles se enriquecieron con ingredientes europeos y hasta
asiáticos y africanos. Sin embargo, aunque no sean cien por ciento mexicanos
por sus ingredientes, todos fueron creados en nuestro país. El mestizaje vivido
por la conquista evidentemente también llegó al arte culinario, y hay que
decirlo así, ¡por fortuna!
El RestO les presenta “La
Historia de los Antojitos Mexicanos”. Seguramente prefieren comerlos a leer
sobre ellos pero nunca esta demás enterarnos quién creo el mole, las gorditas,
los sopes, huaraches, tamales, etc.
Tamal: Su nombre también viene
del náhuatl, Tamalli, que significa envoltorios de maíz. Siendo el maíz parte
fundamental de la alimentación de aquella época, los tamales se preparaban en
la casa de cada familia indígena.
Tlacoyo: Su nombre también viene
del náhuatl, Tlahtlaoyotl. Este alimento, se preparaba tal y como lo conocemos
el día de hoy, con su masa azul pero claro, sin algunos ingredientes como el
queso, recordemos que en aquellos días no se conocían las vacas en este
continente.
Sopes y Huaraches: También
conocidos como pellizcadas, picadas, picaditas, etc., los sopes y
huaraches son otro de los antojitos que
datan de la época prehispánica y que se preparan a base de maíz. sin embargo
los defensores del Sope, argumentan que no son lo mismo. Aunque el sabor y los
ingredientes básicamente son lo mismo, la diferencia está en el nombre y el
tamaño.
Gorditas: Así como nuestra
cultura sufrió un mestizaje, la comida no podía ser la excepción. A las
gorditas agrego los ingredientes que llegaron del viejo continente. Cada uno
tendrá su opinión pero una de sus mayores aportaciones a los antojos mexicanos
fue el chicharrón. ¿Qué sería de las gorditas sin el chicharrón? Pues como ven,
no todo en la conquista fue tan malo.
Mole: Una versión sobre su
origen, ubica al mole en el convento de Santa Clara en la ciudad de Puebla
cuando una monja molió diferentes chiles y otros condimentos juntos en un
metate. Estas monjas mantenían voto de silencio, por ello durante la mayor
parte del día no podían hablar y cuenta la historia que el aroma de los ingredientes
que la monja molía en la cocina eran tan agradables, que todas las monjas
dejaron sus actividades para ir a ver de dónde provenía ese aroma tan
particular, viendo lo que pasaba, la madre superiora rompiendo el silencio que
debía guardar, dijo: "Hermana, ¡qué bien mole!", con lo cual provocó
las risas de las demás hermanas que le corrigieron diciendo: "Se dice:
¡qué bien muele!, hermana" y es por ello que se llamó Mole a este
platillo.
Pambazo: El nombre de pambazo
viene del pan que se usa para su elaboración y que proviene del "pan
basso" o pan virreinal. "En este tipo de pan se mezclaban los restos
de harina cernida con harina proveniente de trigos averiados o de calidad
inferior; las panaderías elaboraban mínimas cantidades de pambazo, un máximo
del 4% de la harina que entraba a la ciudad" de México.
FUENTES
García Acosta, Virginia. Las
panaderías, sus dueños y trabajadores. Ciudad de México. Siglo XVIII.
López Méndez, Ricardo. Estampas
de Historia de México. SEP. México, 2003.
Novo, Salvador. Cocina Mexicana,
Historia Gastronómica de la Ciudad de México. Editorial Porrúa, México, 2002.
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